El sector de la construcción en Colombia venía demostrando un importante crecimiento en los años inmediatamente anteriores a la aparición de la pandemia. Como sabemos, las medidas de seguridad que debieron adoptarse en ese momento afectaron notablemente a las diferentes esferas de la economía, situación que golpeó igualmente al sector constructor y a su dinámica de inversión en un gran número de municipios del país. Una vez levantadas las disposiciones del confinamiento, comenzaron a reanudarse las operaciones con ritmos diferentes para cada sector. En el caso de la construcción, según datos del DANE, este no tuvo el llamado “efecto rebote postpandemia”, situación que se ha visto reflejada en una lenta recuperación del mismo.
En un artículo publicado del medio La República, y según un análisis del PIB revelado por el DANE el 15 de agosto de 2023, se indica que “una de las áreas que requiere mayor atención es precisamente la construcción”. La publicación añade, además, que, pasado el Covid, la producción no ha aumentado y se mantiene estancada.
Otra cifra que refleja la realidad del escenario constructor, en este caso las grandes obras de ingeniería civil, es lo evidenciado en el primer semestre del presente año, donde el PIB registró una disminución del 16,3%, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Para la Cámara Colombiana de la Infraestructura, este ha sido el mayor decrecimiento reportado hasta la fecha. Se espera, entonces, que el sector constructor tenga una recuperación gradual a partir del próximo año, lo que representa grandes desafíos.
Ahora bien, en lo referente a los grandes proyectos de infraestructura del Estado, el año 2024 será de grandes retos. En este sentido, uno de los desafíos que deberá asumir con urgencia es la aceleración que deben tener las obras civiles para su completa realización, dado que el país las requiere para continuar con un desarrollo sostenible. El DANE, en su informe trimestral de producción de obras civiles, indicó que, en el segundo trimestre de 2023, dicha producción cayó en 17,9%.
Asimismo, Colombia se enfrenta a la tarea de fortalecer la confianza de la inversión extranjera, ya que el impulso de las obras es vital para mantener el crecimiento económico y social del país.
El actual panorama de los proyectos de infraestructura demanda, por tanto, una reactivación más acelerada pero, indudablemente, segura y eficiente. Como mencionamos anteriormente, el PIB de la construcción de obras de ingeniería civil registró una disminución del 16,3%. Esto hace que la tarea de concretar la modernización, representada en nuevas vías, más aeropuertos internacionales o puertos marítimos competitivos, entre otras actuaciones, sea prioritaria dado lo estratégico del sector. Transitar por el camino del desarrollo económico, la generación de empleo, el fortalecimiento del turismo, la confianza inversionista o la conectividad, forma parte de las asignaciones pendientes que deben adelantarse el año venidero.
En suma, son muchos los retos que tendrán que enfrentarse en el ya cercano 2024. Asimismo, las constructoras privadas deben estar ya visualizando el próximo año, bajo la lupa de diversos modelos de negocio que les permita operar con más tranquilidad. En resumen, la modernización que precisa el país, requiere la celeridad de los proyectos de infraestructura, la confianza de los inversores, la generación de empleo y la reactivación positiva del sector.
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