Tras la Revolución Industrial, las empresas se dedicaron a producir sin pensar mucho en el impacto que sus actividades podían tener en el planeta y su gente. Sin embargo, en las últimas décadas esto ha cambiado. En buena medida por las consecuencias que ha tenido este modo de producción en el medio ambiente, como las enormes islas de desechos plásticos en los océanos, cambios bruscos en el clima, desastres naturales, derrames de petróleo y tantos otros problemas. Por eso hoy vemos cómo los consumidores y las empresas comienzan a prestar más atención a esta situación y prefieren apoyar modos de producción sostenibles.
En ese sentido, ahora es mayor el número de empresas que se pueden ver apostando por la aplicación de estrategias de sostenibilidad en sus procesos de producción y comercialización. Según una investigación de la firma G&A Institute, mientras en el 2011 solo 20% de las empresas del índice S&P 500 publicaban informes de sostenibilidad donde detallan el impacto económico, ambiental y social de su gestión; en el 2019 este indicador se elevó a 90%. Y, aunque muchos atribuyen esta participación a meros esfuerzos de relaciones públicas, más que acciones reales que apunten a la sostenibilidad, lo cierto es que hay un interés cada vez más grande en las empresas por abordar prácticas que apunten a un mayor respeto hacia el medio ambiente.
Y en parte, la razón de esta nueva visión de las empresas, es que este cambio también puede ser muy rentable para ellas ¿De qué forma? Según académicos del MIT Sloan, las empresas que inviertan en prácticas sostenibles reducirán los riesgos y reducirán los costos. Pero, al mismo tiempo, podrán obtener una ventaja competitiva a medida que crezca la demanda de bienes y servicios sostenibles.
¿Te interesa saber cómo puedes lograr que tu empresa se encamine hacia la sostenibilidad? Entonces sigue leyendo, porque a continuación te explicaremos cinco estrategias de sostenibilidad empresarial que seguro te ayudarán a avanzar en esta dirección.
5 estrategias de sostenibilidad empresarial
1. Pon en práctica la economía circular
Muchas empresas ya se han alineado a este modelo de desarrollo, el cual propone reducir la entrada de componentes o materias primas y tratar de reutilizar lo que ya se encuentra en el mercado. La idea con esto es que las empresas puedan producir sin consumir tantos recursos de la naturaleza y contribuyendo a generar menos desperdicios al ambiente.
De hecho, es posible ver varios ejemplos de aplicación de la economía circular en empresas fabricantes de ropa, calzados, materiales de construcción, utensilios para el hogar, envases y empaques, o mobiliario, entre otros. Entre ellos, destaca la generación de fibras textiles a partir de botellas PET de refresco y agua, recicladas.
2. Convierte a tus empleados en aliados de la sostenibilidad
Lo primero, es tratar de ser lo más honesto posible con tus equipos sobre el impacto ambiental que tiene la actividad que desarrolla la empresa. Este tipo de acciones pueden parecer insignificantes al principio, pero con el tiempo, las pequeñas y medianas empresas se pueden beneficiar mucho de ellas.
En este caso, debes considerar el hecho de que son muchas veces los empleados los primeros en darse cuenta de dónde se producen los desperdicios de recursos. Eso significa que el respeto por el medio ambiente debe permear de abajo hacia arriba, incluyendo a los empleados en el plan de sostenibilidad y que sean ellos también los que aporten ideas que se puedan aplicar.
Los empleados pueden ser valiosas fuentes de propuestas. Por ejemplo, en una tienda minorista en Inglaterra, el gerente se dio cuenta de que las máquinas expendedoras, ubicadas en las salas de descanso del personal, mantenían sus luces internas encendidas todo el tiempo. Sin embargo, los empleados podían ver claramente los productos dentro de las máquinas, sin necesidad de esas luces. Como resultado de esta observación, la empresa decidió apagar las luces de las máquinas expendedoras en todas las salas de descanso de sus tiendas, lo que se tradujo en un importante ejercicio de ahorra en el consumo eléctrico, que también tuvo consecuencias económicas positivas para el negocio: un millón de dólares menos al año en su factura eléctrica.
3. Fomenta el compromiso con la conservación
Existen muchas actividades de conservación en las que se pueden comprometer las empresas y sus equipos de trabajo. Una de ellas puede ser reducir o eliminar el uso de papel dentro de la oficina, o también abastecer las cocinas o comedores del personal, con vasos, platos o cubiertos reutilizables o, en todo caso, reciclables. Según investigaciones de la empresa Kyocera, una empresa puede consumir un promedio de 10.000 hojas de papel al año, sin embargo, la eliminación del uso de papel en una empresa con 500 empleados, supone un ahorro anual de unos 57.500 dólares.
Otra alternativa que ya fue probada en muchas empresas tras la pandemia es el uso del trabajo remoto, ya que es una manera de reducir las emisiones asociadas con el traslado del personal. Pero, a su vez, las organizaciones pueden fomentar el uso de formas de transporte sostenibles, mediante el subsidio de traslados en metro, tranvía, tren o bicicleta, por ejemplo.
Además, está la opción de reducir el consumo de energía. En este caso, lo pueden hacer mediante la instalación de dispositivos de ahorro energético, como bombillos de bajo consumo, controladores de encendido y apagado, o el uso de equipos (fotocopiadoras, impresoras, monitores, aires acondicionados, calefacciones, refrigeradores o microondas) que optimicen el consumo de energía. Y, de ser viable, está también la opción de utilizar energías limpias, como la solar.
4. Aplica un modo de fabricación más ético
Cuando las empresas se valen de proveedores externos para que les suministren materiales o les fabriquen productos, es importante que puedan revisar si ese proveedor utiliza métodos de extracción y mano de obra alineados con su estrategia de sostenibilidad. Esto lo pueden lograr trabajando en estrecha colaboración con los proveedores, para que entiendan cuáles son sus prácticas. De esa forma, las empresas pueden incorporar a estos aliados en su estrategia de sostenibilidad y así desarrollar una cadena de suministro más ética.
Pero si esto no es posible o a la empresa se le dificulta hacer seguimiento a sus proveedores, hoy existen tecnologías como el Internet de las cosas (IoT) o blockchain, con las cuales pueden hacer seguimiento a la forma de trabajo de sus proveedores. De esa forma, pueden estar al tanto de sus prácticas de adquisición o extracción de materias primas y, al mismo tiempo, monitorear las condiciones ambientales o de trabajo en las que estos proveedores desarrollan sus actividades.
5. Optimiza tus procesos de logística
Abordar este tipo de estrategia puede ser un tanto más complejo para algunas empresas, en la medida del alcance de su cadena logística. Sin embargo, una de las acciones más efectivas e inmediatas en las que pueden trabajar, es la optimización de rutas. De esta forma, se pueden reducir las emisiones y la contaminación, siendo mucho más efectivos y rápidos en la entrega de productos y materiales a través de la cadena de suministros.
En el caso de los importadores y exportadores, esta estrategia puede ser mucho más difícil de controlar, ya que es un problema tecnológico global, donde están involucradas muchas industrias o actores comerciales. Sin embargo, se puede empezar por utilizar tecnología de inteligencia comercial y de aprendizaje adaptable, para optimizar el uso del espacio de carga en los contenedores para entregas internacionales, por ejemplo. O, también, se pueden optimizar las rutas de entrega o predecir los requerimientos de materia prima, entre muchas otras opciones para ayudar a conservar los recursos.
Sea que tu organización ya esté trabajando en estas estrategias de sostenibilidad o que apenas te estés iniciando en alguna de ellas, esperamos que este contenido haya sido útil y te permita ser parte de las empresas que se inclinan por prácticas que respeten tanto a las personas como al medio ambiente.
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